Baby led weaning: alimentación basada en la confianza

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Bueno pero ¿qué es el baby led weaning pues? Es introducir a los bebés al mundo de los sólidos permitiendo que ellos, como nosotros, coman sus alimentos en su forma natural y no en papilla. Para esto hay que esperar a que el bebé esté listo: se siente solo, se muestre interesado en la comida y no tenga el reflejo de extrusión, que es empujar con su lengua cualquier objeto extraño como una cuchara.

Decidimos optar por el BLW con Matías porque me convencieron sus beneficios: los bebés aprenden a comer desde un principio como comerán toda su vida, fomentas su independencia, se sienten incluidos en la comida familiar porque comen al mismo tiempo que los demás, les das permiso de experimentar formas, sabores y texturas y comer se convierte en un acto placentero y no obligatorio, lo que a la larga hace que coman mucho mejor.

Teníamos días ofreciéndole a Matías varias frutas y verduras y él se dedicaba a aplastarlas y jugar con ellas. No es que no le gustara el chayote, es que simplemente no lo probaba. El BLW te recomienda no darle al niño nada en la boca, sino simplemente cortarlo en bastones que él pueda tomar y probar si acaso quiere hacerlo. Lo único que llegó a comer en estas semanas fue un poquito de aguacate y plátano, y eso porque se embarraba todas las manos y luego se las chupaba.

Justo ayer cumplió 8 meses y hoy fue un día especial. Emma hizo jugo de naranja en la mañana y le dio una cáscara a Matías como para que jugara, pero de pronto se la llevó a la boca y la empezó a chupar. Él estaba fascinado y nosotros gritamos de la emoción jajaja. Emma le habló a David para que lo viera y no parábamos de tomarle fotos y video por el gozo de ver que probaba algo por sí mismo por primera vez.

En la comida le ofrecimos durazno y ocurrió lo mismo, se llevó un trozo a la boca y lo "mordisqueó" con sus encías sin un solo diente por varios minutos hasta que le quitó la cáscara y le arrancó un pedazo. Tuvo su primera arcada y a mí casi me da el soponcio, pero gracias a que tengo un esposo aguerrido que se sonrió y le dijo: "Ándale Matías" y que el reflejo y la tos duraron sólo unos segundos, pude librarme bien del susto.

Los que me conocen bien dicen que lo que pasa es que me da flojera hacerle papillas y... a lo mejor tienen algo de razón jajjaja. Pero lo cierto es que esa no es la razón principal de que me haya gustado el BLW. Además de las ventajas que les conté arriba, creo que esta forma de presentarle la comida a mi bebé me convenció porque es una manera de confiar. Confiar en que mi bebé es capaz de alimentarse solo, confiar en que mi leche es suficiente para nutrirlo en lo que aprende a comer de todo, confiar en que la hora de la comida puede volverse aún más placentera y divertida con una hermana revoloteando de emoción en torno al hermano, unos padres admirados por cada avance del hijo y, sobre todo, un bebé feliz descubriendo en el acto de comer un millón de sensaciones nuevas y un momento perfecto para convivir con quienes ama.

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